Actualmente en las redes sociales y la televisión, vemos como se les da mucha más cobertura a los incendios forestales. Hemos visto como en diferentes partes del mundo como Estados Unidos y Australia estos se han salido de control en los últimos años, quemando y destruyendo así grandes superficies forestales.
En España no nos quedamos muy atrás con respecto a los incendios. Según los datos proporcionados por el INE en el anuario estadístico de España del 2019 y el Ministerio para la Transición Ecológica, en 2017 se han visto afectadas 178.234 hectáreas de superficie forestal y hubo una incidencia mucho más grande de conatos e incendios en comparación con el año anterior. La mayor parte de los incendios se dieron en superficie de matorral y monte abierto y la superficie forestal afectada equivaldría a un 0,64% de la superficie total del país. Las zonas más afectadas han sido la comunidad de Galicia, Castilla y León, Asturias y Andalucía
El 2017 ha sido el peor año de incendios en España desde el 2013, en donde la superficie forestal afectada llegó a ser 61.691 hectáreas. Independientemente de los motivos de estos incendios, las autoridades competentes deberían actuar para poder hacer frente a estos y se debería concientizar a los ciudadanos sobre medidas a tomar en zonas en las que los incendios son recurrentes. Estos incendios ya no afectan simplemente a los españoles o a los que viven cerca de ellos, sino que al ser cada vez más grandes su impacto ecológico aumenta, afectando así a la biodiversidad, la atmosfera del planeta, la calidad de las aguas. Sin descartar que una futura recuperación de estas zonas puede llegar a tardar décadas.
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