La quiebra de Thomas Cook, el gigante del turismo con más de 178 años de historia, se hizo
realidad el 23 de septiembre de 2019, dejando varados a mas de 600.000 turistas
en diferentes partes del mundo. Lo cual requirió una gran operación, que se
calcula que fue la mayor operación de repatriación en Reino Unido desde la finalización
de la Segunda Guerra Mundial.
La empresa de turismo poseía un turoperador y una aerolínea que
operaba en 16 países, contaba con 105 aviones y poseía 200 hoteles y complejos
hoteleros con su marca, según su web. Después de años tratando de lograr
recuperar la liquidez y aumentar los beneficios que desde el 2011 cada vez eran
menos, ha decidido declararse en quiebra.
La empresa durante meses, mientras trataba de conseguir 200
millones de libras para completar un plan de rescate de 1.200 millones que había
creado la misma, habría dicho que los bancos y los medios que alertaban de la
realidad de la compañía eran unos alarmistas.
La empresa solo emitió un comunicado en su pagina web donde
se anunciaba la “liquidación obligatoria de Thomas Cook”, en este comunicado también
se informa que los negocios en Reino Unido se suspenden de manera inmediata y
que todos los futuros vuelos y vacaciones son canceladas.
La empresa hizo poco
eco de este comunicado en sus redes sociales, en sus cuentas oficiales de Instagram
se pude confirmar que no se informó de ninguna forma. En Twitter, solo algunas
cuentas alternas como el de Thomas Cook France (thomascookfr), Thomas Cook Sports
(@thomascooksport) o Thomas Cook Airlines (@TCAirlinesUK) publicaron un mensaje
del departamento de transporte del reino unido donde afirmaban “Thomas Cook
cesa sus operaciones”.
A diferencia de las redes sociales de la empresa, los medios
de comunicación de todo el mundo si se encargaron de comunicar y difundir la
noticia. Durante días estuvieron transmitiendo todo sobre el drama que se vivía
a nivel mundial por las personas que se encontraban varadas en otros países ya
que sus reservas y vuelos habían sido cancelados.
Muchos especialistas, aseguran que el problema no fue solo
que la empresa no consiguiera los 200 millones de libras, si no que los bancos y
otras empresas con las que contaban para conseguir el dinero, ya no confiaban
en que pudieran solucionar el problema al largo plazo, así tuvieran a su disposición
el dinero.
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